El conjunto de organizaciones sociales que tienen por objeto promover la defensa de los Derechos Humanos (DDHH) no es homogéneo y se nutre de diversas vertientes políticas e ideológicas. Sin embargo, ha dado forma progresivamente a un movimiento social encolumnado tras una serie de reivindicaciones comunes relacionadas a la búsqueda de justicia. Entre las organizaciones que lo componen es posible encontrar diferentes visiones sobre el tema y objetivos distintos. Pero la acumulación de décadas de actividades y de presencia pública permite encuadrar a todos estos actores sociales en un proceso de movilización política y social que se ha denominado Movimiento de Derechos Humanos.

Entre sus integrantes se encuentran organizaciones con décadas de trayectoria, como la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (fundada en 1937), el Servicio Paz y Justicia (Serpaj, 1974), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH, 1975), el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH, 1976), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS, 1979), la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y Abuelas de Plaza de Mayo (1977), Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas (1977), Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (1984), Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S, 1995). Muchas de estas organizaciones cobraron visibilidad tiempo antes del golpe de 1976. Otras surgieron durante la dictadura o posteriormente con la reapertura democrática, reforzando los lazos solidarios y de colaboración que los familiares de las víctimas generaron para obtener respuesta frente al accionar de un Estado terrorista.

Desde sus inicios, cada organismo definió sus objetivos y metodología de trabajo: algunos emprendieron tareas de protesta pública, denuncia de los crímenes, contención a víctimas y búsqueda de sus familiares. Otros, se dedicaron a la investigación, la difusión, y el trabajo legal.

Es posible distinguir, al menos, tres generaciones afectadas por la represión que integran este movimiento: la de los militantes activos en la década del 70, la de sus padres y madres, y la de sus hijos e hijas.

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