La Keka en Postales de Mujeres

https://familiarescba.com.ar/wp-content/uploads/2018/07/Flyers-MujeresLuchadoras-Mar18-06-WebMaría Angélica Olcese de Möller

01/06/1922 – 23/07/2008

Nació en Rosario, provincia de Santa Fe. Era la mayor de siete hermanos. Sus padres vivían en el campo y la enviaron con su abuela materna para cursar la primaria y el bachillerato en Rosario. Se puso de novia con Guillermo Möller, un ingeniero. El proyecto de ambos era que ella estudiara arquitectura para trabajar juntos en un estudio. Su familia no lo permitió ya que solo podían estudiar los varones.

Se casó a los 24 años y tuvo tres hijos. A los 37 quedó viuda y decidió radicarse en Córdoba donde vivía la mayor parte de su familia. Entró en la universidad y en dos años, que fueron de mucha privación económica, se recibió de Técnica de Laboratorio. Era muy hábil, cocinaba muy bien y cosía la ropa de sus hijos a la par que estudiaba. Entró en el Instituto de Virología de Córdoba donde se interesó rápidamente en los proyectos de investigación e integró el equipo que trabajaba con el virus de la fiebre hemorrágica argentina. En un accidente de laboratorio se contagió. Nunca olvidó que pudo recuperarse gracias al suero de sus compañeros que donaron sangre.

Cuando desaparecieron a su hijo Guillermo Marcelo en Buenos Aires el 24 de junio de 1978, se incorporó de inmediato al grupo de familiares. Aún no se habían constituido los organismos y madres y abuelas trabajaban juntas. Todos los fines de semana viajó a Buenos Aires u otros lugares del país en una búsqueda desesperada a la vez que esperanzada. Decidió jubilarse y comenzó a trabajar de lunes a viernes en Familiares, y los sábados con el carrito inventado por Santiago D’Ambra llevando las pancartas, pasacalles y volantes a la esquina de las calles San Martín y 9 de Julio.

Leía todos los diarios que podía y armaba afiches con recortes que luego colocaban en la Plaza San Martín. Sostuvo la idea de que el organismo debía tener su periódico. Fue Secretaria Ejecutiva de Familiares por dos períodos sucesivos. Escribieron, con Miguel Apontes, en largas tardes de mate y revisión, el prólogo al primer Informe Conadep – Delegación Córdoba (1984), sintetizando las ideas de todos.

Keka dijo muchas veces que sus compañeras y compañeros de Familiares eran su familia, con ellos compartió alegrías y dolores. Era muy comprometida, lúcida y honesta, al decir de su amiga Emi D’Ambra que la despidió. Pasó los dos últimos años de su vida en la cama, conectada al oxígeno, prendida de la radio y el televisor siguiendo las alternativas del primer juicio a Menéndez. Anhelaba escuchar la sentencia. Luchó hasta el final y murió la noche antes. No alcanzó a disfrutar de ese logro y de todos los que siguieron, pero su presencia está en ellos.